¿POR QUÉ "VAGA-BIKERS"?

Antes de comenzar la aventura en bicicleta leímos un libro titulado Vagabonding. Rolf Potts, su autor, sintetiza una experiencia de más de seis años de viaje creando un verdadero manual filosófico, en el que busca estimular a vivir la vida como una aventura. Más allá de algunos consejos prácticos que pudimos rescatar, nos resultó particularmente interesante el concepto que le da nombre al libro: Vagabonding - s. (1) Es la acción de dejar atrás un mundo ordenado para dedicarse a viajar en modo independiente por un largo período de tiempo. (2) Un modo de viajar particular dónde cada individuo pone énfasis en la creatividad, la aventura, la simplicidad, la conciencia, el descubrimiento, la independencia, la autonomía y el crecimiento espiritual. (3) Una elección consciente de vida que hace posible la libertad de viajar.

Bastante de esto tiene el proyecto que hemos emprendido desde fines del año pasado. Renunciar a los trabajos que nos brindaban la estabilidad y el confort con el que vivíamos, y vender la mayor parte de nuestras pertenencias, fue el inicio de esta aventura. Claramente la bicicleta ocupa un lugar protagónico en todo esto, dado que es nuestro principal medio de transporte, y es por eso lo de vagabikers.

Hemos tenido contacto con gente que emprendió aventuras donde se planteaba llegar de un punto a otro en bicicleta en un tiempo determinado. El objetivo y principal desafío en estos casos es mas bien de tipo deportivo y como una hazaña personal. Pero en nuestro caso, la idea es diferente. Nuestro proyecto se trata de viajar y conocer, entrar en contacto con la gente de los distintos lugares, aprender como viven, y conectarnos con la naturaleza, siendo el tiempo nuestro mejor aliado para poder aprovechar plenamente cada lugar. Para lograr ésto entendemos que la bicicleta es el mejor medio de transporte, en primer lugar porque nos divierte de sobremanera pedalear, y en segundo lugar porque la lentitud con la que se avanza permite descubrir y experimentar cosas que de otra manera sería imposible y las pasaríamos por alto. Viajar en bicicleta es como viajar en cámara lenta. Cuando 100 kilómetros en auto no es mas que una hora de viaje, en bici pueden ser uno o dos días de pedaleo, descubriendo que en el medio hay infinidad de cosas; en 100 km de ruta se pueden encontrar muchas estancias con gente excelente que realmente vale la pena conocer, lugares abandonadas que te hacen recordar a todas las películas de terror que viste en tu vida pero te dan anécdotas para contar, ríos que sumados a montañas de fondo pueden ofrecer paisajes hermosos para pasar un par de horas mientras preparas un almuerzo o unos mates, refugios increíbles, fauna autóctona de lo más variada, olores característicos, y por supuesto, uno se vuelve experto en la geografía y el clima que caracteriza cada kilómetro recorrido. Esto no significa que seamos fundamentalistas de la bici, y no nos permitamos subir a un auto o una camioneta si la situación lo requiere, porque, como ya dijimos, el objetivo principal no es andar en bicicleta, si no viajar y conocer.

Así es como nos lanzamos a la aventura el 4 de Enero, en una linda mañana que nos ofrecía el Chaltén. Con lágrimas en los ojos nos dimos un fuerte y afectivo abrazo con lo que había quedado de nuestras familias en aquel hermoso lugar. Llenos de emoción, alegría e incertidumbre comenzamos a pedalear...y así comenzó una aventura que desde aquel primer minuto no nos para de sorprender a cada instante.